El Museo de Arte Contemporáneo del País Vasco, Artium Museoa, presenta la exposición Chillida. Usos aplicados (Sala A1, hasta el 2 de febrero de 2025). La muestra presenta la faceta de Eduardo Chillida (1924-2002) como ilustrador y forjador de formas e iconos bidimensionales en distintos formatos ya sea en el marco de sus propias exposiciones, o a partir de encargos de asociaciones e instituciones tanto públicas como privadas. Chillida. Usos aplicados, comisariada por Peio Aguirre, incide en el contacto, directo o indirecto, de estas formas planas del escultor con el diseño gráfico, el cartelismo, con el arte textil y la orfebrería, o también con la identidad de marca y el marketing, y abre espacio para una comprensión social y política, pero también corporativa, del legado de este artista. La exposición se enmarca en la celebración del centenario del artista y cuenta con la colaboración de Chillida Leku y la Fundación Eduardo Chillida – Pilar Belzunce y el apoyo de Mondragon. Con motivo de la exposición, Artium Museoa ha editado una publicación con texto original de su comisario.
Chillida. Usos aplicados reúne más de 70 objetos a través de los que la exposición explora lo que Aguirre denomina «el universo expandido y repetido de las siluetas chillidianas. Un Chillida disperso en la esfera pública»: obra gráfica, dibujos y bocetos, collages, textiles, cartelería, publicaciones y otros elementos como pegatinas y productos de mercadotecnia.
Entre estas piezas se encuentran catálogos, folletos y carteles de exposiciones de Eduardo Chillida, logotipos realizados para entidades como la Universidad del País Vasco o el Museo Reina Sofía, carteles para eventos como los Juegos Olímpicos de Munich de 1972, el Mundial de Fútbol de España de 1982, o para manifestaciones por la paz en el País Vasco o por una costa vasca no nuclear. La exposición también presenta la película documental de José Luis Bakedano Chillida. Retrato en casa, producida en 1983, así como la escultura Mano, perteneciente a la Colección Artium Museoa.
Tal y como indica Peio Aguirre en el ensayo contenido en la publicación que acompaña la exposición, «la hipótesis aquí es que existe un Chillida «útil» a través de numerosos diseños de emblemas, logotipos y sellos que el artista realizó en vida. Un Chillida del que la sociedad es consciente tanto por su carácter reproductible y ubicuo como por el aura de sus obras «originales». La locución Chillida. Usos aplicados incide en esta condición de las formas del escultor cuando estas se aplanan y entran en contacto, directa o indirectamente, con el diseño gráfico, el cartelismo, con el arte textil y la joyería, o también con la identidad de marca y el marketing».
La trayectoria de Eduardo Chillida está marcada por su prolífica producción como escultor, pero también como autor de una extensa obra gráfica. «La importancia del dibujo en sus inicios determina un recorrido de ida y vuelta desde las protoideas de sus pequeños dibujos a la escultura para, desde ahí, iniciar un camino de regreso a la superficie plana en la obra gráfica. Este principio de interpenetración de las formas como uno de los significados del arte en Chillida se traslada entonces a la relación entre distintas disciplinas artísticas». Aguirre señala cómo «sus reconocibles figuras acaban multiplicándose en simples unidades comunicacionales y se infiltran en los medios de reproducción de masas».
Los objetos expuestos en Chillida. Usos aplicados proceden de entidades como la Sucesión Eduardo Chillida y Hauser & Wirth, el Stedelijk Museum de Amsterdam, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la Filmoteca Vasca y la Universidad del País Vasco, entre otras, así como de colecciones privadas.