Fieles al compromiso de incrementar cada año los fondos del museo para configurar una colección sólida que atestigüe de manera fiel y rigurosa la evolución de la creación artística contemporánea, ARTIUM presenta la tercera versión de la exposición Adquisiciones recientes. Para esta cita, se ha llevado a cabo una selección de entre las 835 obras ingresadas en el museo entre los años 2004 y 2006, que han pasado a formar parte de la colección mediante depósitos (Saénz de Tejada, Arco, etc) compras y donaciones.
Sala Norte
Desde el 9 de noviembre de 2006 hasta el 18 de febrero de 2007
La exposición que se presenta ahora es tan solo la punta del iceberg de un activo y continuado proceso de trabajo que engloba: la catalogación así como el análisis y estudio de cada una de las piezas ingresadas, de manera individual, y en relación al conjunto de los fondos. Esta labor investigadora, amén de otros factores, ha determinado la selección final de las piezas elegidas para esta muestra, en la que ha primado el interés por mostrar los distintos referentes y tendencias sobre las que asienta el arte más actual.
Los artistas presentes en la muestra se sirven, sin el predominio de unos frente a otros, de los soportes tradicionales como la pintura, el dibujo, o la escultura; o bien de técnicas más recientes como la fotografía, el video o la instalación, para generar discursos, que en unos casos, se centran en la búsqueda y trabajo en torno a la forma, y en otros, en profundizar sobre el mensaje de la obra.
Ejemplos del interés que sigue despertando en algunos artistas la investigación pictórica en torno a la abstracción, los encontramos en Madrid de Eduardo Gruber, en Pintura Amarilla de Iñaki Cerrajería o en Rotchenko Japonesa Blanca de Manu Muniategiandikoetexea. Por su parte, los dibujos de Juan P.Agirregoikoa se sirven de la estética del cómic y de un fuerte sarcasmo para criticar ciertas actitudes de nuestra sociedad.
El monolítico discurso de la historia se deconstruye con la pieza de Fernando Sánchez Castillo, en la que la imagen del férreo poder monárquico que transmite una escultura ecuestre queda reducida a pequeños fragmentos rotos y desperdigados por el suelo. Frente a esa mirada cáustica, otro escultor, Jose M. Guijarro, nos enfrenta a la fuerza expresiva de una tosca y casi tribal pieza de madera. Otros como Andrés Ángel o Alberto Peral nos muestran los distintos caminos que sigue la escultura actual, que en ocasiones traspasa sus fronteras y se sirve de sofisticados dispositivos eléctricos para explorar los límites del espacio y su percepción visual. Es el caso de Sunoid, de Sergio Prego, consistente en un imponente brazo mecánico de cuatro metros de longitud con tubos de luz fluorescente que van moviéndose muy lentamente.
La cotidianeidad se convierte en un intenso generador de ideas artísticas. Es el caso del bodegón contemporáneo de Gonzalo Puch, o de esas partículas de polvo, de apariencia abstracta, aumentadas por la lente de un microscopio que Concha Prada fotografía de manera sutil y poética. Sin duda, la realidad cotidiana da mucho juego a los artistas, no sólo para fijarse en sus objetos más banales e imperceptibles sino también para ser el punto de mira de sus críticas, como la de Mateo Maté y su instalación Nacionalismo doméstico, un perfecto ejemplo de cómo la violencia externa del mundo se cuela constantemente en los pequeños detalles de nuestra vida diaria. Barricadas de Esther Partegás explora los espacios públicos urbanos, invadidos por la cultura del consumismo: bolsas y botes de basura, tableros de anuncios, cajeros automáticos o bancos para sentarse, que la artista extrae de la cotidianeidad de nuestras ciudades. Un mundo poblado por objetos de usar y tirar, alentado por un sistema que nos obliga a adquirir constantemente cosas nuevas despreciando las viejas. La basura se transforma en protagonista principal de la obra de esta artista al convertirse en metáfora del consumismo que nos aliena.
El polémico artista Santiago Sierra con su obra Línea de 30 cm. tatuada sobre una persona remunerada, se enmarca dentro de esta crítica mordaz del capitalismo y la globalización. A Sierra le preocupa la mercantilización de todo lo existente, incluidos el arte y los artistas y para ello no duda en plantear acciones muy polémicas que en ciertos casos nos hacen cuestionar su propia ética.
Las Monstruas de Marina Nuñez, representaciones sobre espejos circulares de mujeres deformes, afectadas por taras físicas representan lo desconocido, aquello que tememos porque es diferente a nosotros. Marina Nuñez relaciona la exclusión y la marginación de estas monstruas con la de las mujeres, porque opina que a lo largo de la historia, la feminidad ha sido asociada al cuerpo monstruoso en numerosas ocasiones.